Cuando la vacuna abría el camino a la esperanza y al fin de la pandemia, la variante Ómicron ha alterado lo que parecía evidente, que 2022 iba a ser el año de la vuelta a la oficina.

Pero los más de dos millones de contagios en tan solo 2 meses que ha dejado Ómicron han obligado, de nuevo, a las empresas a tomar medidas para proteger a sus plantillas y evitar bajas masivas. La vuelta a las jornadas continuas (para evitar comedores), rebajar sus ratios de presencialidad, dejando más margen a la voluntariedad, o retrasar la fecha de vuelta han sido algunas de ellas. 

El COVID está dinamitando los planes de muchas empresas que se ven obligadas a rectificar e improvisar sobre la marcha para mantener la productividad de sus negocios en un momento de pandemia global. Estos cambios generan incertidumbre a los trabajadores, que no pueden planificar su día a día y no tienen claro cuál será su modelo de trabajo la próxima semana.

Esta situación pone a prueba cada día a los líderes y responsables de RRHH de las empresas. Liderar en estos momentos de incertidumbre requiere de nuevos tipos de liderazgo, además de nuevas habilidades y competencias para gestionar equipos de manera eficiente en este entorno tan cambiante. Es importante:

• Acompañar en y durante la transición. No sólo desde el punto de vista de herramientas digitales y tecnología, sino también con formación y capacitación sobre las mejores prácticas organizativas, productivas y motivacionales.
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• Pasar del cumplimiento de un horario a un modelo orientado a objetivos o resultados si no lo estaban haciendo ya. Definir cómo se han de organizar, cómo han de implementar este nuevo modelo, cómo lo han de medir y cómo han de apoyar a sus equipos.
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• Adaptar el estilo de liderazgo a las nuevas circunstancias de gestión virtual y relación que va a promover el teletrabajo va a requerir de nuevas "soft skills" así como un nuevo marco de relación de confianza con las personas del su equipo.

Las personas desde sus propios hogares son mucho más que una empresa, una tribu o un equipo e implementar y mantener el teletrabajo sin un acompañamiento y liderazgo adecuado puede suponer un gran esfuerzo y también el fracaso.